El 26 de agosto de 2014 el velero Tunante II tenía su último contacto por radio en medio de una tormenta de vientos de 75 kilómetros por hora y olas de 8 metros que provocaron daños en la la embarcación que quedó a la deriva en aguas brasileras. Se cumplen diez años de la desaparición de Jorge Benozzi, Horacio Morales, Alejandro Vernero y Mauro Cappuccio
Benozzi, Morales y Capuccio a bordo del Tunante II
El Tunante II partió del puerto San Fernando, Provincia de Buenos Aires, el 22 de agosto del 2014. Previo paso por Uruguay, el destino de Jorge "Pulga" Benozzi, Horacio "Mono" Morales, Alejandro Vernero y Mauro Cappuccio era Río de Janeiro. El 26 de agosto navegaban frente a las costas del estado brasilero de Río Grande do Sul cuando los alcanzó una tormenta. Los vientos de más de 75 kilómetros por hora provocaron olas de hasta 8 metros de altura que provocaron la vuelta de campana del velero y la rotura del mástil. La embarcación, ya a la deriva, tuvo su último contacto ese 26 de agosto. El velero de un poco más de 12 metros de largo enfrentaba lo que serían sus últimas horas antes de desaparecer en las aguas sin dejar rastro.
La última foto del Tunante II partiendo desde Uruguay. La tomó Maritza Delgue, la madre de un vecino de La Paloma que estaba de visita en el balneario. Fue el día que el velero entró al Puerto de La Paloma, donde estuvo 24 horas para, a poco de zarpar, perder todo contacto
A las 16.45 de ese mismo 26 de agosto el buque mercante noruego Selje recibió una alerta de la marina para dirigirse hacia la última ubicación conocida del Tunante II. Alrededor de las 20.00 el primer teléfono satelital del Tunante II quedó sin batería. Las comunicaciones, ya de por sí difíciles por las interferencias y la mala recepción, se cortaron abruptamente. La Marina brasileña, comprendiendo la gravedad del escenario instruyó a los tripulantes del Tunante II a lanzar bengalas cada 15 minutos para que el Selje pudiera localizarlos. Pero en la oscuridad de la noche y bajo una tormenta feroz, incluso los fuegos de señalización eran difíciles de ver. A las 22.50, el Selje finalmente avistó al Tunante II pero la condiciones de navegación impidieron al buque acercarse al velero y poder rescatar a la tripulación.
La última comunicación llegó a las 02:55, cuando el segundo teléfono satelital del Tunante II se agotó. Poco después, el Selje perdió de vista al velero. El 27 de agosto, por la mañana, comenzaba a correr la noticia en San Pedro y, si bien en esas primeras horas todo era esperanza, comenzaba a conmocionarse una ciudad que pasó mañanas, tardes, noches y madrugadas, durante semanas, pendiente de la búsqueda, de los comunicados de la Armada y colaborando a través de la plataforma Tomnod con la búsqueda de objetos a través de imágenes satelitales.
La Marina brasilera y la Marina argentina trabajaron durante semanas con aviones y embarcaciones en la búsqueda, sin éxito. El 28 de septiembre, un mes después de la desaparición, la búsqueda en Tomnod permitió encontrar una mancha blanca en una imagen que parecía coincidir con la forma del Tunante II. Este descubrimiento reavivó la esperanza y llevó a la reanudación de la búsqueda el 9 de octubre. Sin embargo, y siempre de acuerdo a información oficial, no hubo rastro de su tripulación.
El barco visto en Tomnod, coincidente con las características del Tunante II
El 12 de octubre de 2014 la Marina de Brasil confirmaba el hallazgo de la balsa del salvavidas del Tunante II. Había sido encontrada por el pesquero Kopesca I, a 200 millas náuticas al este de Tramandaí, en el estado de Rio Grande do Sul. "La balsa rescatada estaba sumergida, cerca de la superficie, en muy mal estado, con rasgaduras en su estructura y sin sobrevivientes o cuerpos. En su interior se encontraron documentos de identificación pertenecientes a la tripulación, pesos uruguayos y artículos personales", confirmaba la marina brasilera. Trascendería después que los documentos pertenecían al Mono Morales.
Los documentos del Mono Morales, hallados en la balsa del Tunante II
En ese mismo comunicado, apagaba toda esperanza de hallar a la tripulación con vida: "Después de 50 días de la desaparición del velero Tunante II, ante los hechos concretos presentados y el área extensa ya investigada sin éxito, la Marina de Brasil considera que hay alta probabilidad de que el buque se haya hundido y baja de encontrar sobrevivientes". El 22 de octubre, casi dos meses después del último contacto, la Marina de Brasil dio por terminada la búsqueda.
Mauro Capuccio tenía 35 años, era empleado público y fanático de River. Era el yerno de Jorge "Pulga" Benozzi, reconocido oftalmólogo sampedrino que trascendió fronteras con "el método Benozzi", un novedoso tratamiento para la presbicia. Alejandro Vernero de 62 años era cardiólogo y contaba ya con un cruce del Atlántico. Horacio "Mono" Morales, de 62 años, también sampedrino, era empleado administrativo pero más recordado como basquetbolista amateur.
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