Lo afirmó Ariel, quien trabaja junto a su padre en la zona de Los Ratones para evitar que el fugo avance sobre su casa. Son apicultores y en julio perdieron cerca de 200 colmenas que no pudieron salvar de las llamas. Trabajaban para inundar zonas con bombas de agua


Una familia sampedrina -apicultores- que reside en zona de islas, en tierras entrerrianas, pasó nuevamente la noche en vilo ante el avance de las llamas y el temor a que el fuego no sólo avance sobre su casa sino también sobre las colmenas. A fines de julio, Sergio Paz y su esposa pasaron la noche vigilando el avance del fuego y vieron como las llamas consumieron la casa de un vecino y 200 colmenas que tenían a su cuidado.

Ariel, su hijo, habló con La Radio 92.3 desde isla Los Ratones, donde viven sus padres y donde trabajan este lunes desde las 04.00 con una motobomba, una bomba y un tanque australiano para inundar zonas que impidan el avance de las llamas: "Ya tiramos más de 400 metros de manguera", contó.


Ariel recordó que "hace 14 días días que esta zona está ardiendo" y advirtió que en una extensión de "aproximadamente 18 kilómetros está todo quemado, son miles de hectáres". En ese sentido insistió que en "12 o 14 días nunca paró, nunca se apagó, son miles de hectáreas de pastizales y maciega seca, un colchón de tres metros".

"Son campos que siempre tienen que tener agua, con la sequía que hay el fuego pasa por arriba de todo", remarcó Ariel y agregó: "Lo normal es mantener la zona donde uno vive siempre limpia, pero al estar los arroyos y lagunas secas, el fuego pasa por arriba".

"Fuimos anoche (domingo) a ver hasta dónde estaba el fuego, llegamos a 50 metros, a favor del viento entonces no sentíamos tanto el calor, pero era increíble la cantidad de pájaros que volaban para todos lados desorientados, y las ratas, ratones, nutrias, salían despavoridos para todos lados", lamentó el joven y advirtió: "Si se da vuelta el viento, en dos horas no queda nada acá, ni nosotros".

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