San Pedro Hoy relevó testimonios de sampedrinos y sampedrinas que viven, estudian y trabajan en Rosario. Cómo impacta la compleja situación que atraviesa la ciudad en el día a día de quienes eligieron hace más de una década a Rosario para vivir
El crimen del playero en Rosario que conmocionó a todo el país
Los crímenes de Héctor Figueroa, taxista de 40 años; Diego Alejandro Celentano, taxista de 33 años; Marcos Daloia, colectivero de 39 años; y Bruno Bussanich, playero de estación de servicio de 25 años, asesinados en la última semana por sicarios vinculados a bandas narcos de de Rosario conmocionaron no sólo a quienes viven en esa ciudad del sur de Santa Fe, sino a todo el país. En 2023 Rosario registró 258 homicidios hasta el 31 de diciembre. Fue el tercer año con más crímenes en la historia de ese departamento santafesino y significó un baja en los casos (30 muertes menos) respecto del violentísimo 2022. En el primer mes de 2024 hubo al menos 17 crímenes y se esperan las cifras oficiales de febrero.
Pero la última semana algo cambió y eso profundizó el miedo. Ya no son ajustes de cuentas entre narcotraficantes, o disputas territoriales, o hechos de sangre en ocasión de robo. Las víctimas, inocentes, son elegidas al azar y siempre en sus lugares de trabajo. Asesinan a sangre fría a cualquier, a cualquier hora del día, con el único objetivo de presionar al gobierno de la Provincia de Santa Fe para que flexibilice la situación de los narcos detenidos en las cárceles provinciales.
Lejos del show temporal que montaron medios de la Ciudad de Buenos Aires, interesados en el rating y no en lo que están viviendo realmente los vecinos y vecinas, San Pedro Hoy habló con sampedrinos y sampedrinas que hace más de una década eligieron Rosario como su lugar. Se fueron a estudiar y no volvieron y hoy viven, estudian, trabajan y tienen sus familias en esa ciudad. Cada relato se publica crudo, con cada palabra que cada uno y cada una utilizó para expresar lo que vive en estos días en la ciudad.
En primera persona
"Tuve la suerte o no de poder conocer varios lugares de Rosario, anduve por zonas peligrosas. Viví en zona de Fonavi. Y te estoy siendo cien por ciento sincero. Hoy empecé a buscar casa en las zonas de afuera. Lejos de la ciudad. Justamente acabo de preguntarle a una inmobiliaria con la que hablé hace unos meses porque hoy yo estoy viendo algo que nunca vi en mis 16 años acá en Rosario", cuento un sampedrino de 33 años que trabaja como desarrollador y que vive en Rosario desde 2008. "Si bien antes había muertes, se mataban entre ellos, por control o poder en Rosario, pero nunca vi tanta cizaña para los civiles, o la gente bien".
"Yo he ido a laburar a la fábrica y era una zona de mierda, pasaban cosas, pero hoy está peor que nunca, porque ya no respetan ni a los del barrio. Cuando viví cerca del Fonavi estaba tranquilo, hasta compraba birra a las 4 AM, y ahí vivía gente bien, yo le sigo llevando a bañar y cortar el pelo a mis perras a una chica que siempre lo hizo, que vive ahí a dos cuadras del Fonavi, y me dice siempre 'menos mal que se fueron porque acá esta muy feo. Yo viví toda la vida en el barrio y hoy me da miedo salir', son las palabras de ella", cuenta y agrega: "Lo de matar por matar a una persona equis no lo vi en mi vida acá. Antes por ahí escuchabas que mataban a un tachero por robo, y porque acá siempre fueron violentos y no te podías resistir, tenías que dar todo siempre, lo que está pasando ahora es que ni siquiera les roban, los matan, 'para dar mensajes'.
"Si bien yo trato de hacer mi vida normal, realmente no sabes cuando te puede pasar algo, y hoy ni el centro se salva. Nosotros cuando vinimos a estudiar, caminábamos todo. Y era jodido a veces, pero eran las menos. Hoy ni soñar caminar, menos esperar un colectivo. no pasan. Tenés que tomarte un remís, taxi, lo que sea sí o sí. Vos leés las noticias y dan miedo. Ayer con todo lo que pasó me llamaba mi abuela, mi viejo".
"La verdad es que después de todos los hechos que sacudieron a Rosario en los últimos días es muy difícil no pensar que te puede tocar a vos en cualquier momento, pero trato de abstraerme de todo pensamiento negativo porque sino no podés vivir", cuenta otro sampedrino también radicado desde 2008 en Rosario, próximo a cumplir 35 años, que trabaja en la venta de materiales para la construcción. "Es una realidad que los hechos ocurrieron unas zonas periféricas donde nuca voy, pero el miedo se siente en el aire. Particularmente me pasa que me muevo en bicicleta y hoy puntualmente, a las 7.30 de la mañana cuando estaba yendo al trabajo, cada moto que se pasaba por al lado me hacia correr un frio por la espalda particular", cuenta y aclara: "Tal vez sea un proco prejuicioso".
"En mi caso, mío y de mi pareja, mantenemos el ritmo de vida lo más normal posible, manteniendo cada uno sus actividades recreativas y cotidianas. En cuanto a lo laboral no hay restricción alguna. Si se puede apreciar una disminución significativa de gente por la falta de transporte público", relata.
Trabajar en los barrios
Una de las sampedrinas que más de cerca sufre lo que está pasando en Rosario es kinesióloga y trabaja en Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS). "Yo además de trabajar como kinesióloga en consultorios privados, también trabajo como tutora de practicas hospitalarias, una materia que tienen los alumnos de kinesio en tercer año donde van a atender pacientes a los Centros de Salud que se encuentran en la periferia de Rosario, justo los barrios donde se están dando todos los casos de las balaceras. O sea, yo no tengo un cargo público, pero trabajo en uno", relata y agrega: "Esta semana los Centros de Salud decidieron no abrir hoy para reunirse y ver que protocolo de seguridad tomar de ahora en más, cómo reforzar la seguridad de los CAPS (porque algunos de los que se hacen llamar Seguridad, no son ni policías)".
"Por nuestra parte, los tutores decidimos no asistir en toda la semana, tenemos alumnos a cargo que no queremos exponer, desconfiamos que se pueda acomodar rápido el tema de la seguridad. Sobre todo, que la gente del Centro de Salud sólo busca soluciones para sus empleados, nosotros dependemos de la Facultad, y ellos no nos están dando respuestas", advierte y detalla: "En los barrios periféricos a partir de las 18 horas baja muchísimo la circulación, la gente tiene miedo, más ahora. El centro es otro mundo, hay gente siempre. Pero hoy el panorama fue otro". "Trabajar en los CAPS es una de las cosas que mas me gusta hacer y tener que suspender la actividad por la inseguridad es lamentable", sentencia.
Todavía es posible pasar una tarde de domingo disfrutando de los parques
"Siempre se supo que era una ciudad donde el narcotráfico generaba inseguridad. Desde siempre tuve que tener los cuidados básicos para moverme: evitar llevar cosas de valor encima, circular por lugares iluminados y concurridos en horario comercial. Desde que me mudé a Rosario tuve la suerte de vivir en departamentos y trabajar en lugares ubicados en macrocentro, donde los problemas entre bandas narcos no abundan ya que estos ocurren principalmente en las zonas periféricas de la ciudad. Durante mis años de estudio, concurría a la institución educativa en colectivo e incluso caminando. Jamás me ocurrió nada", cuenta otra sampedrina, que trabaja como traductora, y que vive junto a su pareja en la misma ciudad en la que vive su hermana. Todos oriundos de San Pedro.
"Actualmente, luego del contexto de pandemia, mi situación laboral migró a home office y concurro poco a la oficina ubicada en una zona turística y con bastante movimiento de personas. No obstante, cuando toca trabajar desde la oficina, voy siempre en taxi y la empresa nos cubre el costo del taxi de regreso. Esto evita que estamos expuestos a que nos roben las computadoras si decidimos usar el transporte público, por ejemplo", cuenta respecto de cómo es el día a día en la ciudad y destaca: "Tengo la fortuna de nunca haber tenido que experimentar una situación violenta o trágica como las de estos últimos días. Esto no quita que no hayan ocurrido hechos de inseguridad cerca de mí: los carteristas y motochorros están a la orden del día y el año pasado se hizo un allanamiento en el edificio donde vivo en busca de una persona relacionada con los Monos. Saber que pueden ser tus vecinos y que el hecho de salir a hacer ejercicio al aire libre puede ser peligroso genera malestar. Saber que tus amigos, familiares, compañeros de trabajo, pareja, tienen que ir y venir de trabajar todos los días y pasar por 'zonas rojas' de la ciudad genera preocupación".
"No obstante, es importante ser objetivos con la información que recibimos. La prensa tiende a describir a la ciudad con el peor de los panoramas. La situación es grave, gravísima, sí, pero también es una ciudad con gente muy trabajadora y honesta. Todavía es posible pasar una tarde de domingo disfrutando sus parques, salir a caminar por calle Oroño, pasear en bici por la zona del monumento y degustar una rica cerveza en cualquiera de sus muchísimos bares. No todo es color de rosas, pero no todo es color negro tampoco", aclara.
"La vida cotidiana, el día a día, en todos los ámbitos no me cambió. Sigo con los mismos cuidados que tenía antes de que empiece esto, por razones de inseguridad. El famoso 'mirar para todos lados' o evitar determinados lugares o andar a altas horas de la noche, pero se que eso lamentablemente no alcanza porque resulta que hoy es una lotería porque la amenaza es tirar a cualquiera que ande por la calle, en la cola del banco, saliendo del supermercado, literalmente", relata otro sampedrino que lleva poco menos de una década en la ciudad y trabaja en el sector inmobiliario. "Trato de no entrar en paranoia, sino la única solución es quedarse en casa como en pandemia en época del Covid. Sí cambiaron algunos hábitos por culpa de terceros, como por ejemplo en el gimnasio avisaron que cierran antes de lo habitual por precaución; o la decisión de los pibes de suspender el turno semanal de fútbol, el cual es a las 20 horas, por precaución".
"En cuanto a los medios de información, trato de que sean los medios oficiales porque también hay muchas noticias falsas lo cual empeora la sensación que hay en la calle", cuenta respecto de cómo se percibe lo que se vive en la ciudad y agrega: "Había noticias que decían que habían matado a un delivery, que habían entrado al supermercado Coto a amenazar con armas, que hoy empezaba el toque de queda desde las 22 horas". Todo falso.
Pensado en irme...
Y precisamente, en referencia a la prensa, otro que acercó su relato es un sampedrino que es periodista y lleva dos décadas en Rosario. Aún con trabajo estable, su decisión es dejar la ciudad. "Te lo cuento así... yo estoy pensado en irme. Hace 3 o 4 años hay que observar bien alrededor, mucho ratero, desde hace 6 meses a esta parte deje de usar billetera ya que en una semana vi tres robos a las 19 horas en plena peatonal", cuenta. "Con respecto a los narcos hasta hace un tiempo era una 'guerra entre ellos', ahora la gente tiene MIEDO en serio", agrega y asegura: "Hoy (en referencia al lunes posterior al homicidio del playero) más allá del paro de transporte la ciudad estaba vacía. La gente no sale más que por obligación".
Familia
"Nosotros vivimos en el centro de Rosario y nos manejamos en esa zona, no andamos en barrios alejados. Cargar combustible, lo hacemos en el centro; la escuela de mi hija está en el centro. Todo lo que pasa, excepto cuando balearon El Establo, es muy por afuera, en zona sur, oeste; son 50 cuadras de donde estamos nosotros", detalla otro sampedrino que vive en Rosario con su esposa, también sampedrina, y sus dos hijos. "El malestar igual está, porque te puede pasar cualquier cosa en cualquier lado, es todo muy raro", asegura.
"Mientras se mataban los narcos entre ellos era todo por afuera y ahora de a poco se van acercando para la zona del centro. Yo laburo en una empresa que es toda cerrada, sin atención al público. Es más complicado en trabajos con atención al público, con atención al cliente, donde entra cualquiera en cualquier momento. Tiene mucho que ver el riesgo con el lugar donde trabajás. Los taxistas, colectiveros, el playero, todos están más expuestos", lamenta y agrega: "Ahora, si se habla de inseguridad, está como en todos lados. Incluso te diría que más tranquilo que en el AMBA. En el día a día está el motochorro, el que revienta un departamento, pero lo normal que pasa en una ciudad grande. Esto de ir caminando y te peguen un tiro es algo de la última semana".
"El malestar es generalizado porque no puede ser que maten a un colectivero, un taxista, un playero.. pero las actividades hay que hacerlas, las hacemos a todas, las tenés que hacer, no podés vivir adentro de tu casa", sostiene.
La ola de asesinatos de la última semana desembocó en la paralización de prácticamente toda actividad en Rosario, que se normaliza de a poco este martes. Tras la seguidilla de crímenes y amenazas narco a la población, diversos sectores sociales dispusieron interrumpir su actividad este lunes y mantenerse en ese estado.. Al mediodía se reactivará el servicio de colectivos pero seguirá suspendido el trabajo en algunas dependencias públicas. En cuanto a los taxis, no prestarán servicio por la noche con un doble motivo: la inseguridad y la falta de combustible por las estaciones cerradas.
Los docentes de escuelas públicas de Rosario dispusieron que este martes tampoco se dicten clases. El gremio Amsafé Rosario emitió un comunicado en el que anunció un “cese total de actividades sin asistencia a las escuelas" para este martes 12 ante la escalada de violencia criminal. Por otra parte, el secretario general de Sadop Rosario, Martín Lucero, dijo que las escuelas de gestión privada “estarán abiertas con actividad este martes y de a poco se irán normalizando el dictado de clases”. Se aplicará el protocolo de los días de paro de transporte para que estén eximidos de concurrir quienes vivan a más de 20 cuadras.
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni, descartó este martes en Radio 2 que el Gobierno esté analizando la posibilidad de decretar un “toque de queda” nocturno. Lo que sí reconoció es que durante la noche se realizarán controles vehiculares mucho más estrictos de los que se venían haciendo. Con respecto a los comercios que opten por no trabajar durante la noche, Cococcioni sostuvo que mantendrán diálogo con todos los sectores. “No los vamos a empujar si no consideran que están dadas las condiciones para hacerlo”, aclaró.
Si llegaste hasta acá y te interesó el artículo podés ayudarnos a seguir creciendo, permitirnos abrir las puertas a nuevas miradas y voces que analicen la realidad de la ciudad; y trabajar sin condicionamientos. Suscribite