Trabajadores y trabajadoras tanto del sector público como del privado dijeron tener problemas para afrontar el pago del alquiler en junio en una encuesta que realizó San Pedro Hoy. Monotributistas, con mayores dificultades. Recomiendan a inquilinos no renovar contratos, o alquilar, hasta que entre en vigencia la ley aprobada por el Congreso


El Congreso de la Nación dio un paso importante para la regulación del mercado inmobiliario en todo el país con la aprobación de la nueva ley de alquileres el pasado 11 de junio. Se termina la indexación semestral de hecho de los contratos que a pesar de estar prohibida era de práctica habitual entre las inmobiliarias; y también los criterios subjetivos para analizar los porcentajes de aumento, tal como como “las expectativas de inflación”. Ahora los ajustes serán anuales y se definirán por la evolución de inflación y salarios; y los contratos serán por tres años, lo que genera mayor previsibilidad principalmente a inquilinos e inquilinas. Quienes cada seis meses deben ajustarse, o cada dos años gastar sus ahorros en una mudanza, será un alivio.

En la Ciudad de Buenos Aires, desde la Defensoría del Inquilino, recomiendan que se espere la vigencia de la nueva ley antes de realizar un nuevo contrato. “Si el contrato llegara a vencerse en estos días, el inquilino puede acogerse al decreto 320 y prorrogarlo automáticamente hasta el 30 de septiembre. La nueva ley va a significarle mayor previsibilidad”, dijo el abogado Andrés Bernal a Página 12. Lo mismo rige para San Pedro.

Para encontrar información oficial sobre el régimen de tenencia de vivienda en la ciudad hay que remitirse a 2010. Según el Censo (que debía repetirse este año y que fue postergado por la pandemia), un 13 por ciento de las casas relevadas eran alquiladas; aunque en ese momento había cerca de un 7 por ciento de “ocupantes por préstamo”. Es notorio que en la última década los inquilinatos crecieron en San Pedro, en paralelo con el desarrollo de proyectos inmobiliarios; aunque también creció el acceso a la vivienda propia a través de programas como Procrear (en sus distintas versiones); u otros créditos bancarios. La duda es si crecieron en simultáneo, algo que parece poco probable.

San Pedro Hoy relevó la situación de 118 inquilinos e inquilinas de la ciudad para conocer cuál es su situación en medio de la pandemia: el 98 por ciento cumplió con el alquiler de junio, pero poco más el 65 por ciento debió utilizar ahorros o pedir plata prestada a familiares para cumplir con el pago.

Del informe se desprenden además datos alarmantes: sólo el 41,4% de las personas que participaron del relevamiento mantuvo su trabajo y sueldo en condiciones idénticas anteriores al comienzo de pandemia. Al 34,5 por ciento le recortaron el sueldo y el 10,3 por ciento dijo haber perdido su trabajo tras decretarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Las más afectadas son las mujeres de todas las franjas etarias. El 13,8 por ciento restante estaba desempleado antes de la pandemia. La coincidencia: en ninguno de los casos hubo aumentos de sueldo.

“Si bien mi sueldo no disminuyó, a partir de la cuarentena pasó a ser el único ingreso del hogar cuando antes era uno de dos ingresos”, contó una mujer de entre 31 y 35 años.
Entre quienes están empleados y mantuvieron su actividad, el 51,7% se desempeña en el ámbito público y el restante 48,3 lo hace en el sector privado. Sólo el 44 por ciento están blanqueado por su empleador o empleadora, mientras que el 37,9 por ciento es monotributista. Más de un 17 por ciento está en negro.

Inmobiliarias

Poco antes de cumplirse el primer mes de aislamiento social, la Cámara de martilleros y corredores públicos de San Pedro elevó un pedido al municipio para poder cobrar alquileres y tasas municipales a sus inquilinos e inquilinas. Contratos hay: más de un 96 por ciento dijo tenerlo. Pero la falta de blanqueo de la relación contractual entre locatarios y locadores obliga al pago en efectivo. Para esa fecha, la Cámara Inmobiliaria Argentina que preside el sampedrino Alejandro Bennazar había comunicado que entre el 50 y 60 por ciento de inquilinos e inquilinas en todo el país ya había abonado el alquiler.

Un 65,3% de inquilinos e inquilinas relevadas por San Pedro Hoy alquilar una casa y el restante 34,7% vive en departamentos. Durante la cuarentena, más del 96 por ciento pagó el alquiler en efectivo y poco más del 3 por ciento de inquilinos e inquilinas accedió al pago por transferencia o depósito bancario. No, en San Pedro tampoco es fácil acceder a un CBU. Un dato no menor es que el 38 por ciento de las personas que respondieron sobre su situación, se mueve fuera de la órbita de las inmobiliarias. Quizás esto tenga que ver con que casi el 45 por ciento tuvo por lo menos una vez problemas con alguna inmobiliaria y el 7 por ciento con más de una. Los restantes dijeron no haber pasado por esa situación

Dentro del casi 52 por ciento que atravesó por una situación de conflicto, el más frecuente fue la falta de respuestas ante problemas que presentó la vivienda una vez alquilada. Se da casi en el 60 por ciento de esos casos. Otro 13 por ciento consideró  injusto que no le hayan reintegrado el depósito inicial, mientras que el 27 por ciento restante apuntó a otro tipo de conflicto.

“Hace 3 años vivo en esta nueva casa. Cuando tuve que renovar contrato me hicieron pagar 3 firmas ante escribano, más la diferencia del depósito, más el mes de ‘adelanto’. Además que me hacen pagar dos impuestos Arba. Con todo el esfuerzo pago a término mi alquiler. Pero aun así, hace un año que le vengo reclamando al dueño solución para un problema de humedad y gotera en el techo. La respuesta: ‘Quedate tranquila que ya me voy a ocupar’", contó una de las mujeres que participó del relevamiento y que debió pagar el alquiler en junio con ayuda de familiares. Otros tuvieron que “afrontar gastos grandes, sin la ayuda de la propietaria”.

De las 118 historias, se desprende una diferente a todas las demás: “Los dueños de la casa que alquilo tuvieron la excelente predisposición para no cobrarme ni mayo ni junio hasta que mi situación mejore”, contó un joven que sufrió el recorte de parte de su sueldo en medio de la pandemia, que trabaja en relación de dependencia pero no está blanqueado por su empleador, y que gasta alrededor del 30 por ciento de sus ingresos en el pago del alquiler.

Cuánto cuesta tener “un techo”


La falta de políticas públicas orientadas al sector y la destrucción que sufrieron los salarios en los últimos años lleva a que buena parte de los ingresos de una familia se destinen al pago del alquiler. Cerca del 27 por ciento de los encuestados por San Pedro hoy gasta alrededor del 20 por ciento del sueldo en el alquiler, mientras que más 34 por ciento destina alrededor del 30 por ciento de su sueldo. Lo más preocupante es que un 34 por ciento destina entre el 40% y hasta más del 50% de su sueldo para poder pagar el alquiler. Uno de los puntos que se propone saldar la nueva ley.

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