Juan Pablo Mariscotti dio positivo el martes de coronavirus y está aislado en su casa en Zárate. Sorprendió con sus declaraciones por el estado de ánimo con el que afronta la enfermedad y contó cómo lo impactó la confirmación del test positivo. Las redes sociales se llenaron de apoyo al médico que espera recuperarse y convertirse en donante de plasma.

Juan Pablo Mariscotti, el médico que dio positivo de Covid-19

"No es agradable la situación, son gajes del oficio", dijo Juan Pablo Mariscotti a Ojo al Dato en La Radio 92.3 este miércoles y reflexionó: "Nosotros somos los que estamos en la trinchera y como le dije a muchos ayer, y el balazo me lo pegaron en la trinchera, me hirieron pero no me mataron". Está asintomático y asilado en su casa junto a su esposa, que transita el séptimo mes de embarazo.

La duda que tienen tanto las autoridades, como el propio es médico, es establecer cuándo y dónde se contagio. En ese sentido, Mariscotti contó que "en el Hospital soy como el comodín, estoy de un lado para el otro, sala, consultorio, traslados para diagnósticos", y reflexionó: "A mi no me sirve quién estuvo primero si el huevo o la gallina, esa discusión me suena más a politiquería que a otra cosa, no sirve, el virus está en la calle, hay circulación, te lo podés pegar en cualquier lado. No importa dónde, no hago una caza de brujas, ayudemos al enfermo y punto, para eso estamos en salud".

"Fue el ojo clínico entrenado el que el domingo a la madrugada me hizo notar la sensación de escalofríos, distinta a la que suelo tener cuando hacés una virosis, me tomé la temperatura, tenía 37.8 y puse el equipo en movimiento. Eso fue a las 7.00 u 8.00 de la mañana, y a las 11 me estaban hisopando", detalló Mariscotti y reveló: "No me iban a hisopar porque no entraba en el encuadre de un caso porque no tenía más que ese registro febril, no tenía tos, ni otros síntomas, pero insistí con el infectólogo, y acordamos hacerme el hisopado porque estoy en la trinchera"

"Si expuse a alguien, lamentablemente ya lo había hecho, inintencionalmente por supuesto", lamentó Mariscotti y contó que las horas previas a la presencia de la febrícula trabajó en la guardia del Hospital Virgen del Carmen de Zárate con "ocho pacientes de los cuales 6 están respirados y uno de ellos muy grave con una enfermedad infectocontagiosa más grave que el coronavirus, y lo antendí, con protección, pero expuesto a cualquier cosa".

"Sigo asintomático, desde le día del registro febril que no fue una locura, no tengo dificultad respiratoria, ni otros síntomas", detalló sobre su estado de salud y aseguró tener "todos los elementos para controlarme los parámetros básicos vitales tanto a mi como a mi señora".

"No hay que anticiparse y llorar antes de tiempo, tengo mi señora embarazada de siete meses que eso sí me preocupa, ella está asintomática, y ojalá que genere anticuerpos para pasarle al bebé", expresó el profesional y bromeó: "Yo estoy como hace diez días atrás, no para jugar en primera porque me voy a desgarrar, pero un pique corto hago"

Mariscotti piensa en recuperarse y aportar al tratamiento para combatir el coronavirus: "Ojalá pueda llegar a tener mucho plasma de convalenciente para donar, que es el arma más prometedora que tenemos", e insistió: "Si esto va a servir para poder generar anticuerpos y que sirva, bueno, que preparen las damajuanas y me saque todo lo que sea necesario, porque estamos para eso, no me olvido de que soy médico y me debo a mis enfermos, de la forma que los pueda atender".

"No reniego de lo que me tocó, son gajes del oficio, es una vocación, hay gente que no lo entiende de esa forma, no fui de viaje o a comer un asado, el balazo lo recibí en la trinchera, trabajando", sentenció respecto de críticas que se replican hacia profesionales de la salud infectados.

"Mi casa es grande, tiene dos alas, mi señora con sus hijos están en una, en la otra yo; y mis hijos de otro matrimonio están en Rosario", contó respecto de las características del aislamiento y lamentó: "No los voy a a ver, hablo con ellos por whatsapp; ellos saben que el papá es médico, que la mamá es médica, y están acostumbrados a lidiar con estas cuestiones, saben que podía pasar. Aunque nadie está preparado para recibir un martillazo en la cabeza".

Maricostti agradeció el amplio respaldo que recibió de sus compañeros y compañeras en el Hospital, y aseguró: "Me saco el sombrero y confío ciegamente en mis compañeros por los que pongo las manos en el fuego, no dudo poner a mis hijos en sus manos, sé cómo trabajan"

"No hay que tenerle miedo al virus, hay que tener cuidado, puede venir de cualquier lado", advirtió y aseguró: "Vamos a volver con más fuerza, generando anticuerpos para poder ayudar a enfermos que lo necesiten; esto es un mal trago que lo voy a tener que pasar y estoy seguro que vamos a aprender mucho de esto".

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