Locales abrieron este lunes sus puertas sin autorización. El Municipio tiene el "ok, de palabra" de la Provincia pero aún no hay decreto.

Uno de los comercios textiles abiertos durante la tarde del lunes
Se anunció durante todo el fin de semana y resultó ser tarde (o quizás más cómodo) para que las autoridades salieran al cruce: este lunes reabrieron comercios minoristas al público. Tan cierto es que el propio Intendente Cecilio Salazar anunció el pedido de flexibilización al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, como que esa autorización, formalmente, no llegó.

En el Ejecutivo aseguraron tener "de palabra" la autorización para la reapertura controlada de comercios. Falta, ni más ni menos, que el decreto que lo avale. Mientras tanto, las puertas están abiertas y las filas se replican vereda a vereda en pleno centro de la ciudad. Pero ojo, no en todas.
Es el caso de Diego Ojea, propietario de un reconocido comercio de venta de ropa deportiva, quien salió al cruce de quienes violaron el aislamiento social y dejó un preocupante dato: no hay protocolos para la atención al público.
"La verdad que es indignante lo que sucedió hoy en San Pedro, tengo comercio y la estoy pasando mal como muchos en esta ciudad, sin embargo trato de ser lo mas responsable, hoy se abrieron negocios sin ninguna autorización y sin protocolos de atención (porque no hay) y como siempre se premia a los que hacen las cosas mal", cuestionó el comerciante en la red social Facebook y lamentó: "Insisto que la situación es complicada y yo no se hasta cuando podre sostener lo mio pero trato de ser responsable. Nunca publico estas cosas pero la verdad que lo de hoy me dejo sin palabras. Con este criterio van salir todos a la calle sin importarnos nada, estoy triste y re caliente".
Públicamente, por uno u otro motivo, entre los responsables de comunicar y controlar la actividad en la ciudad, aún nadie habló. En algo coinciden tanto desde la representación comercial como desde el Municipio: salir a hablar y que una hora después llegue desde Provincia la autorización sería "desprolijo" y "confuso". Mientras tanto comerciantes abren sus puertas pese a la prohibición, sin clausuras ni potenciales sanciones en el horizonte, riesgoso para propios y ajenos e injusto para quienes aún resisten en sus casas el impacto de la crisis económica provocada por las restricciones implementadas en medio de la pandemia.