Durante el primer semestre del año San Pedro no logró un cien por ciento de ocupación hotelera. La temporada de verano estuvo por debajo de la expectativas y sólo Semana Santa y Carnaval reflejaron un repunte en el flujo turístico. Desde al área reconocen que hay preocupación por las fuentes de trabajo
"La actividad está viviendo momentos muy difíciles", reconocen desde la Dirección de Turismo de San Pedro. Apuntan a una ausencia total de políticas turísticas por parte del Gobierno Nacional, hablan de "momentos asfixiantes", para el sector y reconocen que hay temor por posibles despidos: "Es muy importante que el empleador pueda sostener las fuentes de empleo y aguantar estos tiempos".
Según CAME, la cantidad de personas que viajó durante los dos fines de semana largos de junio fue de un 16,6% por debajo de los mismos fines de semana de 2024. El gasto total también fue a la baja con un 27,9% menos a precios reales que en junio de 2025. Registraron un turista más austero, que recortó gastos en servicios recreativos y en compras comerciales y el principal ajuste fue reducir su estadía.
San Pedro no fue la excepción con registros de 40% y 55% por ciento de ocupación hotelera durante los dos fines de semana largos de junio, respectivamente. Muchos turistas llegaron a la ciudad sin reserva previa, mayormente del Gran Buenos Aires, la Ciudad Autónoma, Arrecifes, Colón, San Nicolás, o Rosario, según datos relevados por el área que conduce María Vitoria Villalba.
A nivel provincial hubo una caída interanual del 19%. Observaron también un desplome del turismo interno: cae el receptivo y sube el emisivo. Es decir, más argentinos viajan a Brasil y menos extranjeros que llegan a la Provincia. Apuntan al impacto de las políticas del Gobierno Nacional contra el sector.
En lo que va de 2025 San Pedro no logró ocupación plena de las más de 2500 plazas hoteleras con las que cuenta. La mayoría de ellas en cabañas. Los mejores registros se dieron en Semana Santa con 95 por ciento de ocupación; y en Carnaval, con 90 por ciento. Esto significó un repunte para los emprendedores turísticos de la ciudad que atravesaron un mala temporada de verano. Es que durante enero, en promedio, hubo una ocupación de 63,5 por ciento; mientras que febrero tuvo un leve aumento promediando un 65,25 por ciento de plazas hoteleras reservadas. Cabe aclarar que los datos corresponden sólo a la ocupación de fines de semana (sábados, domingos y feriados).
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