El amplísimo porcentaje de abusadores de niños y niñas en Argentina -y en el mundo- son heterosexuales. Las declaraciones del Presidente en Davos, usando como ejemplo un hecho que involucró a dos hombres homosexuales para atacar a la “ideología de género”, tuvo una reacción inmediata. A horas de la marcha federal antirracista y antifascista que lanzaron desde la comunidad LGBTINBQ+ los datos que desmienten, también en San Pedro, la inexplicable asociación que hizo Javier Milei del abuso infantil con la homosexualidad
No hay dato alguno que vincule la pedofilia con la homosexualidad. El informe podría terminar acá, pero una vez más parece necesario poner en cifras los hechos para contrarrestar la desinformación. Volvemos a una discusión que existió y que en Argentina parecía saldada después del recordado cruce público entre Mirta Legrand y el diseñador Roberto Piazza en 2010, cuando la conductora le "preguntó", por los supuestos riesgos de abuso que corría un niño menor de edad al ser adoptado por una pareja de hombres homosexuales. Quedó expuesta de tal manera que nadie se atrevió durante más de una década, al menos no en voz alta, a plantear algo semejante. Sin embargo, 15 años después y en medio de una escalada desinformativa que logró dar protagonismo a ideas marginales y sin sustento estadístico alguno, el Presidente logró reinstalar un debate que sólo expone la ignorancia de quienes lo replican y asocian el abuso infantil o la pedofilia a la sexualidad de los victimarios. Los hechos lo desmienten.
"Dos norteamericanos homosexuales que enarbolando la bandera de la diversidad sexual fueron condenados a cien años de prisión por abusar y filmar a sus hijos adoptivos durante más de dos años. Cuando digo abuso no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos". Milei, que 48 horas después de sus dichos en Davos intentó -vía la red social X- sostener que no dijo lo que dijo, no usó un ejemplo al azar, buscó y eligió un hecho puntual -y aislado- con la sola finalidad de atacar a todo un colectivo y, en paralelo, a las políticas de género. Las dos personas condenadas a las que menciona el Presidente son abusadores y fueron condenados. No hay duda ni debate al respecto. El dato irrelevante es que sean dos hombres homosexuales. Sería lo mismo que plantear que "son estadounidenses" y preguntarnos si un niño corre riesgo de abuso al ser adoptado por dos estadounidenses. ¿Lo estadounidenses son todos abusadores?. La respuesta es no. O en un ejemplo reciente dentro de las frontera de nuestros país: Que el exdiputado de La Libertad Avanza Germán Kiczka –autopercibido heterosexual, antifeminista y casado con una mujer- esté preso acusado por pedofilia ¿es indicador indiscutible de que toda persona libertaria es pedófila?. La respuesta, otra vez, es no.
En Argentina, según información brindada por el Estado ante el Comité de los derechos del niño, desde principios de 2017 hasta junio 2023 se registraron 15.699 casos de niñas, niños y adolescentes que fueron víctimas de violencia sexual. El 83,9% de los agresores o agresoras pertenecen al ámbito de confianza de la víctima, es decir, son familiares directos o conocidos. De información publicada por la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se desprende que 9 de cada 10 víctimas de abuso sexual en Argentina fueron niñas y adolescentes mujeres; y en 4 de cada 10 casos los denunciados fueron sus progenitores (sí, el padre o la madre, heterosexuales).
En San Pedro los datos también desmienten al Presidente. Durante 2024 la Justicia registró 54 denuncias abuso sexual con intervenciones de la Subsecretaría de Políticas de Género, Mujeres y Diversidades; la Comisaría de la Mujer y la Familia; y el Servicio Local de Protección y Promoción de los Derechos del Niño y Adolescente. Del total, 40 de las víctimas fueron niños o niñas menores de edad. Las restantes catorce denuncias fueron de 13 mujeres mayores de edad; y de un hombre también mayor.
El 95 por ciento de los denunciados, imputados o detenidos por los casos de abuso sexual denunciados durante 2024 son hombres; y el 5 por ciento restante son mujeres. "Masculinos" y "femeninos". Binarios, según sus propios DNI. Nada que asociar a la “ideología de género”. Un dato aún más alarmante es que el 70 por ciento de los casos ocurrieron a nivel intrafamiliar. Sin embargo, no hay registros recientes de abusos en familias adoptivas, ni muchos menos indicios que permitan "señalar" a alguno de los abusadores –o abusadoras- por su orientación sexual. Son todos -y todas- heterosexuales.
"La ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil", afirmó el Presidente en el Foro Económico de Davos. Falso. Por sólo citar un ejemplo -tal como hizo el Jefe de Estado-, para contraponer esta "visión", en 2024 San Pedro se conmocionó por el hallazgo -con vida- de una mujer que pasó 24 horas desaparecida y que fue encontrada escondida -y desorientada- a la vera de un camino rural. La búsqueda había comenzado un día antes, tras la denuncia de su esposo. "Se fue después de una discusión", declaró. Sin embargo, cuando la mujer -ya internada en al Hospital- pudo hablar, contó que había escapado de su casa, donde vivió encerrada y violentada por su marido durante años. Sus hijos también eran víctimas de violencia. Y casualmente -o en realidad no tanto-, el violento -que está detenido- era un ferviente militante antifeminista y así lo exponía en sus redes sociales, en las que compartía posteos contra las políticas de género mientras electrificaba la puerta de su casa para su esposa no pudiera salir. La "ideología de género", parece ser sólo un problema para abusadores y violentos.
El 10 de enero San Pedro se conmocionó al escuchar a Eugenia Bosco, medallista olímpica, relatar su decisión de denunciar a su entrenador de optimist de su adolescencia por abuso sexual. En su relato, la deportista contó que pasó "por mil etapas de vergüenza, de no aceptarlo, de pensar que era la culpable", y que después de un tiempo logró entender que era chica, que no tenía el control de esa situación y se preguntó: "Por qué no contarlo". En ese momento expresó algo que refleja uno de los tantos logros de políticas de género: "Hoy por hoy gracias a todos estos cambios se sigue avanzando y se sigue creciendo. Cada vez se pueden manifestar más estas cosas".
La pregunta sería entonces por qué al Presidente lo ocupa o preocupa más un hecho puntual ocurrido en Estados Unidos que los y las 40 niños y niñas víctimas de abuso sexual en San Pedro; o las más de 15 mil víctimas registradas en los últimos 8 años. O por qué nada dijo de la denuncia de una de las deportistas más importantes del país en este momento. ¿Al Presidente le molesta la homosexualidad? ¿O es un “debate” que contiene a su electorado más duro?. El real interés por el abuso sexual infantil del Gobierno –y por el abuso sexual en general- se pone en duda no sólo por los ataques permanentes que parten desde las más altas esferas del poder hacia la Educación Sexual Integral, sino porque el Gobierno inició en 2024 un desmantelamiento constante de programas que intentan prevenir el abuso sexual infantil y contener a las víctimas.
En 2020 el Ministerio Público Tutelar porteño había logrado identificar que 80% de niñas, niños y adolescentes de entre 12 y 14 años que denunciaron haber sido víctimas de abusos dijeron que pudieron reconocer esa violencia sexual gracias a una clase de Educación Sexual Integral (ESI) en sus escuelas. La ley tiene 19 años desde su sanción y, por primera vez que casi dos décadas, no tenía presupuesto asignado. Sólo en 2024, y como parte de los recortes, el Gobierno Nacional desmanteló los programas PatrocinAR -que brindaba patrocinio jurídico gratuito y acompañamiento interdisciplinario en todo el país, para niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual-; y el Plan ENIA -Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia-, que fue clave para reducir los embarazos no intencionales en adolescentes, particularmente en situaciones de abuso sexual y que entre 2018 y 2021 redujo significativamente la tasa de embarazos no deseados en adolescentes de 15 a 19 años y en niñas menores de 15 año. Además de la eliminación de programas como el AcompañAR, que ayudaba a salir del contexto violento a mujeres víctimas de violencia de género, mujeres que en muchos casos son víctimas de abuso sexual y en muchos otros también son violentadas por los mismos abusadores de sus hijos o hijas menores de edad.
Las expresiones de Milei generaron una reacción inmediata. Bajo la consigna "La vida está en riesgo ¡Basta! Al clóset no volvemos nunca más", el próximo sábado 1 de febrero habrá una Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista que partirá desde el Congreso Nacional a las 16.00 y llegará hasta Plaza de Mayo. La manifestación, cuyo acto central será en la Ciudad de Buenos Aires, tendrá réplicas en todo el país. En San Pedro se concentrarán en Plaza Belgrano desde las 20.00. Habrá mateada, micrófono abierto, música y la lectura de un documento. La convocatoria es abierta a toda la comunidad.
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