El laboratorio analiza muestras de toda la región. En 2018 debió frenar la producción de vacunas por el recorte que sufrieron por parte de la gestión de Cambiemos. Hoy, el tratamiento implementado por Julio Maiztegui para combatir la Fiebre Hemorrágica Argentina, es mirado por el mundo entero por los resultados alentadores que está dando en pacientes con Covid-19.
El Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Julio Maiztegui de Pergamino se convirtió en un centro de referencia a nivel mundial en medio de la pandemia del coronavirus. Desde fines de marzo de 2020 trabajan junto a la Sociedad Argentina de Infectología en un protocolo de investigación para empezar a utilizar el plasma rico en anticuerpos de personas convalecientes de Covid-19.
Entre 1950 y 1960 la Fiebre Hemorrágica Argentina arrasó innumerable víctimas. Fue entonces cuando un equipo de investigadores con el doctor Julio Maiztegui a la cabeza logró demostrar que el plasma inmune de convalecientes, aplicado tempranamente, reducía significativamente las consecuencias letales del "mal de los rastrojos”. En 2020, y en plena pandemia, el mundo vuelve a mirar a Pergamino: el plasma inmune de convalecientes comenzó a utilizarse para tratar a pacientes afectados por el COVID-19 y con alentadores resultados iniciales, principalmente en Estados Unidos.
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Dr. Julio Maiztegui. Foto: Primera Plana |
Alberga el INEVH el laboratorio en el que se testean a diario muestras de San Pedro y toda la región sanitaria IV integrada por otros once municipios. Ejecuta también estudios de virología en investigaciones biotecnológicas y epidémicas y se desarrollan y producen vacunas virales y otros biológicos para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades virales de acuerdo a las necesidades del país. El Maiztegui es referencia por el tratamiento epidemiológico contra las fiebres hemorrágicas, programa nacional que se conduce desde Pergamino al igual que la Red Nacional de Diagnóstico de Dengue.
El desfinanciamiento del Maiztegui durante la gestión de Mauricio Macri llegó a tal extremo que en 2018 frenó la producción de vacunas Candid I contra la FHA en medio de un brote inusual de hantavirus. La producción de vacunas en el país al macrismo nunca le interesó demasiado. Optó por importarlas y lo hizo hasta que el dólar se disparó y se volvió más caro comprarlas que fabricarlas. La desidia llegó a tal punto que se volvió costumbre el incumplimiento del calendario de vacunación nacional. Incluso fue suspendida una de las dos dosis de la vacuna contra la meningitis. Por entonces, las muestras de los pacientes eran trasladadas al Malbrán, (también desguazado por Macri), en remís. Insólito. El Secretario (sí, secretario) de Salud, Adolfo Rubistein argumentó en ese momento que la centralización de los análisis en el instituto porteño se daba por la necesidad de “homogeneizar los procedimientos para garantizar la consistencia de todos los resultados”.
Desde el Maiztegui partieron voces poco escuchadas denunciando ese ajuste en Salud. El Concejo Deliberante de Pergamino rechazó por unanimidad los recortes y hasta la Sociedad Rural local, identificada políticamente en ese momento con el Gobierno Nacional, repudió la medida y encabezó un abrazo simbólico al instituto. Sin pandemia y sin imaginarse lo que vendría apenas un años después, fue el nicoleño Ginés González García, quien trabajó con Julio Maiztegui, quien visitó el INEVH y escuchó los reclamos de los profesionales cuando no se prestaba una especial atención a los centros de investigación y tratamiento contra enfermedades virales del país. Meses más tarde se convirtió en el Ministro de Salud de la Nación.
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Reclamo de profesionales del Maiztegui por los recortes en 2019 |
En agosto de 2019, un numeroso conjunto de trabajadores del Maiztegui firmó una declaración en la que afirman que “la decisión genera una demora en la respuesta diagnóstica no sólo para hantavirus, sino también para el resto de las patologías que integran el diagnóstico diferencial con la misma, tales como dengue, fiebre hemorrágica argentina, fiebre amarilla, entre otras. Se produce también un mal uso de los recursos del Estado, ya que el Inevh tiene más de 30 años de experiencia para el diagnóstico de hantavirus y cuenta con todas las capacidades técnicas y de infraestructura instaladas”. Cabe entonces preguntarse qué respuesta habría tenido el macrismo ante la pandemia. Mejor, no.
Rubinstein hizo un último intento por recuperarle algún voto al macrismo en la Provincia de Buenos Aires y anunció en septiembre de 2019 una inversión de $30 millones para la compra y reparación de equipamiento en el Maiztegui; y la contratación de personal. Claro, lo hizo después de tres años de recortes y de una durísima primera derrota electoral en las elecciones PASO.
La primera noticia sobre el uso de plasma de convaleciente para reducir la mortandad del Covid-19 llegó desde Estados Unidos en marzo. "Nos ha dado una gran alegría y una esperanza. Pensar que papá dedicó su vida a salvar vidas y que esto pueda seguir siendo usado", dijo en ese momento Mercedes Maiztegui, docente e hija de Julio Maiztegui. Desde principios de mes, Argentina también puso sus esperanzas en el tratamiento.
El 6 de mayo el Hospital de Clínicas anunció que comenzaría a tratar con plasma de personas recuperadas del coronavirus a pacientes contagiados de covid-19 y que estén cursando una infección moderada o grave. Alejandra Vellicce, jefa del Departamento de Hemoterapia del hospital, estimó que de cada 10 personas infectadas, "siete desarrollan anticuerpos una vez superada la infección". El plasma se obtiene a través de aféresis, un procedimiento que consiste en utilizar un separador celular -un equipamiento descartable y de único uso- que permite la separación de los diferentes componentes de la sangre: glóbulos rojos, plaquetas y plasma.
“El uso expandido para plasma de convaleciente en el tratamiento de pacientes Covid-19 muestra resultados de notable mejoría en 10 de 10 pacientes en los que se utilizó. Es un método experimental ya que hasta la fecha no se cuenta con un tratamiento específico para la enfermedad”, dijo con optimismo Vellicce.
Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai y de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, en Estados Unidos, descubrieron que los pacientes convaleciente que recibieron plasma, tuvieron mejores resultados en comparación con pacientes similares que no recibieron las transfusiones. El estudio comparó a 39 pacientes de Covid-19 que recibieron transfusiones, todos en el Mount Sinai de Nueva York durante el mismo día.
Desde el pasado miércoles el Jefe de enfermeros del Hospital Fernández, en grave estado tras confirmarse que se contagió de coronavirus, está recibiendo tratamiento con plasma de recuperados.